El pavo ¡ese gran desconocido!, por todos es sabido que al periodo de adolescencia se le conoce como «la edad del pavo». Esto es así debido a que al pavo, se le considera un animal con excesiva sensibilidad a los cambios de entorno, frente a los cuales puede responder con grandes graznidos que suelen aparecer de forma inesperada, cosa que puede tener cierta similitud con los cambios producidos en la adolescencia, sobre todo si hablamos del sexo masculino.

Además de esto, el pavo tiene un aspecto peculiar, el color rojizo característico de los bultos que tiene en la piel de la cabeza y cuello, así como su aspecto desproporcionado, hace que a la edad de los cambios hormonales se la conozca con este nombre.

¿Qué es la adolescencia?

Bien, la adolescencia se sitúa entre la etapa infantil y la adulta, y se van a producir una serie de cambios fisiológicos que convertirán a nuestros adorados hijos e hijas en personas adultas. Pero no exclusivamente los cambios físicos que podemos apreciar a simple vista, son los únicos que van a suceder, sino que aspectos psicológicos y cognitivos también estarán presentes. Y tendremos que tener en cuenta que, el ambiente en el que se desarrollen, será fundamental en este proceso.

La Organización Mundial de la Salud define la adolescencia como la etapa que va entre los 11 y los 19 años de edad, siendo de los 11 a los 13 años la pre adolescencia o la adolescencia temprana. Aunque esto depende de la evolución y maduración de cada niño, es la edad de los 11 a los 17 años, durante la que podemos apreciar mayores cambios tanto en su desarrollo fisiológico, psicológico, cambios de pensamiento y afectivos, en su percepción de si mismos y de su imagen, así como en sus relaciones sociales e intereses y gustos.

Características comunes de la adolescencia

Teniendo en cuenta que todas las personas somos individuos únicos y que cada una de nosotras tiene sus peculiaridades, se pueden establecer unas características estándar que nos sirven para identificar en que etapa de la vida nos encontramos. Puede que aparezcan solo algunas, o incluso que prácticamente pasen desapercibidos ciertos cambios.

Pero por norma general, y se ilustra muy bien cuando hablas con las familias de adolescentes, estos son algunos de los cambios y características con los que nos vamos a encontrar durante esta etapa (los cambios físicos no los voy a nombrar porqué son los más evidentes y fáciles de identificar).

Adolescencia

¿Que podemos hacer como madres y padres para mejorar la relación con nuestros hijos?

Al contrario de lo que podáis creer, os puedo decir que SÍ, que en otras familias tienen los mismos o parecidos problemas relacionados con la educación de sus hijos e hijas adolescentes.

A veces, cuando una situación nos supera, pensamos en qué estaremos haciendo mal, por qué nuestros hijos nos tratan así, por qué parece que el resto de familias son perfectas y no tienen este tipo de problemas.

1. Ninguna familia es perfecta

Pues bien, os voy a contar un secreto…y que no salga de aquí. No os toméis al pie de la letra todo lo que os dicen otras familias, en relación con la maravillosa relación que tienen con sus adolescentes ya que, probablemente hay algo de M E N T I R A, en esas palabras shhhhhhh!!! Sí, lo que oís, problemas tenemos todas las familias, unas más que otras, y también ayuda mucho el carácter de nuestros hijos e hijas, así como la relación que hayamos ido cultivando durante todos estos años.

2. No todo es por su culpa

De hecho, existen estudios que ponen en común características de las relaciones entre padres e hijos durante la etapa de la adolescencia. Entre las que destacan las siguientes:

  • Falta de paciencia
  • El poco tiempo que les dedicamos, y es que DEDICAR más tiempo, puede serigual a menor necesidad de llamar la atención.
  • Mantener la calma ante ciertas situaciones, tendiendo a expresarnos de forma explosiva produciendo mayores enfrentamientos
  • No disponer de suficientes habilidades sociales para manejar determinadas situaciones
  • Dificultad, entre los progenitores, de ponerse de acuerdo en el tipo de educación o decisiones del día a día.

3. Hay que ser conscientes de sus cambios

Pues bien, nuestros pequeñajos ya han crecido lo suficiente para desarrollar facultades como la de razonar o buscar alternativas.

Durante esta etapa, también se le da cierta importancia a la justicia y la igualdad entre los miembros de la familia, se sienten lo suficientemente capaces de tomar decisiones por si mismos y de debatirlas, de llegar a acuerdos, etc.

Pues bien, como nuestros peques ya han crecido, tenemos que cambiar nuestras técnicas para relacionarnos con ellos, ya no sirven las órdenes, las imposiciones, los gritos para llamar su atención o cualquier otra estrategia similar que utilizarais hasta ahora.

Ahora vuestros hijos e hijas, a parte de todo lo que necesitaban antes (atención, afecto, respeto…), necesitan sentirse valorados, útiles y, sobretodo capaces.

Por tanto algunos de los consejos que os doy para introducir en esta etapa, los podréis ver en el siguiente cuadro.

Ya sabéis que esto es un post cortito que escribo con la finalidad de resumir una cuestión, a grandes rasgos y para que todos la entendamos. Pero para ampliar información, o cualquier otra consulta, no dudéis en contactar conmigo.

«¿Sabes cuál es el problema de este mundo? Que todos quieren una solución mágica para sus problemas, pero se niegan a creer en la magia.»

Jefferson (El sombrerero loco. Once upon a time)

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