Si eres madre, padre o ese alumno al que le han diagnosticado un trastorno de la conducta, seguro que te estarás preguntando ¿Qué está pasando y sobre todo, por qué?

Lo más normal es que si eres uno de los progenitores creas que estás fallando en algo, y si eres ese alumno seguramente te sientas algo desconcertado.

Los trastornos del comportamientos no se deben exclusivamente a pautas o estilos de crianza determinados. Ya que principalmente, los factores que determinan este tipo de trastornos se relacionan con aspectos neurobiológicos o genéticos.

Las complicaciones obstétrico-perinatales (asfixia neonatal o trastornos emocionales de la madre durante el periodo de embarazo, consumo y exposición a sustancias, prematuridad), también pueden estar relacionadas.

A pesar de esto, no debemos olvidar que el ambiente en el que se desarrollan vuestros hijos, tanto social como familiar, así como el temperamento y la personalidad propia del niño o niña. Juegan de la mano a la hora de que pueda desarrollar un trastorno de la conducta.

¿Cómo se si mi hijo tiene un trastorno de conducta?

No vayamos a pensar que porqué nuestro hijo sea algo rebelde, no quiera cumplir algunas normas y se muestre agresivo en algunas situaciones puntuales, quiere decir que sufre algún tipo de patología. Como todos los padres y madres sabemos, que también hemos sido adolescentes, este es un comportamiento no patológico, y dejémoslo ahí, que ahora no es el momento de explicar las características de esta etapa evolutiva.

En cambio, sí que tenemos que tener en cuenta, con qué intensidad y frecuencia se están presentando este tipo de conductas y cuan graves son las mismas (agresividad, negativismo, oposición a las normas, descontrol de la conducta y hostilidad). Y sobre todo si estas mismas conductas le están produciendo problemas a nivel de relaciones. Tanto familiares como sociales.

Puede que estos problemas se presenten con más intensidad en un ámbito que en otro, pero en todos ellos estarán presentes.

¿Qué tipos de trastornos de conducta existen?

El profesional que lleve vuestro caso, será el que os explique el trastorno de conducta que presenta vuestro hijo o hija, a pesar de eso, voy simplemente a enumerarlos, para que no penséis que todos los tipos de trastornos de la conducta presentan las mismas características. Tampoco me gustaría que penséis que vuestro hijo está enfermo y que esto no se va a poder solucionar.

Soy de las que piensa que las etiquetas no siempre son malas. Lo que está mal es que nos condicionen y que sirvan para juzgar.

La parte buena es que nos ayudan a identificar un determinado tipo de comportamiento a partir de un diagnóstico. Esto será necesario para poder ofrecer la mejor solución o pautas, y garantizar la mejora en la calidad de vida de las personas.

Es por este motivo que es importante dicha clasificación y dicha etiqueta, aunque cuando escuchamos la palabra «trastorno» parece que nos están dando una malísima noticia. No os desesperéis, la palabra suena muy mal, pero simplemente sirve para identificar de forma clínica y darle nombre a un comportamiento o grupo de síntomas.

Así pues entre ellos nos podemos encontrar con:

  • Trastorno de la conducta
  • Trastorno Negativista Desafiante
  • Trastorno por déficit de atención con o sin Hiperactividad
  • Trastorno explosivo intermitente

¿Qué podemos hacer como familia para no reforzar el comportamiento?

La pregunta del millón, pues antes de nada, quiero identificar qué NO hacer, es decir, unas pautas educativas inadecuadas pueden ayudar al mantenimiento y aparición de estas conductas. No voy a mencionarlas todas, ni a explicarlas detalladamente, ya el post se me haría demasiado largo. De todas formas y a pesar de que puedo detallarlo si os interesa en otro post, se trata de un trabajo constante sobre el cual es mejor que hagáis uso de especialistas para su guía y seguimiento.

Hasta aquí por hoy, no olvidéis que podéis comprar directamente las consultas en nuestra tienda o escribirnos desde «haz tu consulta» para concertar una cita.

«Así como una coma cambia una frase, una simple actitud cambia una historia»

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